El mal tiempo y el frío, propios de estas fechas, suelen traer de la mano
los molestos resfriados. Por esto, hay que andar prevenido para reforzar al
máximo nuestras defensas y esquivar estas incómodas afecciones.
En primer lugar, para evitar ser víctimas de los virus e infecciones debemos cuidar nuestro sistema inmunológico a través de nuestra dieta. Una alimentación rica en antioxidantes y vitaminas nos ayudará a prevenir caer enfermos.
En primer lugar, para evitar ser víctimas de los virus e infecciones debemos cuidar nuestro sistema inmunológico a través de nuestra dieta. Una alimentación rica en antioxidantes y vitaminas nos ayudará a prevenir caer enfermos.
Algunos alimentos que debemos incluir en nuestra dieta para esto son:
La zanahoria cocida: rica en
caroteno, sirve como estímulo natural a las defensas del organismo.
La granada: esta fruta aporta
grandes cantidades de antioxidantes, ácido fólico y vitamina C y es una gran
aliada para tratar dolores de garganta e infecciones de oído. Puedes tomar
granadas en zumos, con yogur, en ensaladas o simplemente de forma natural.
Ajo: planta originaria del centro de Asia a la cual se
han atribuido propiedades antiinflamatorias. Aumenta las secreciones
bronquiales, por lo tanto, tiene propiedades expectorantes, desinfectantes y
descongestionantes importantes. Asimismo, resulta de
ayuda para los cuidados del corazón y la circulación sanguínea.
Pescado azul: La ingesta de salmón, atún, sardinas o emperador te ayudará a combatir la
inflamación, así como a activar las
células naturales que eliminan los gérmenes.
Alimentos ricos en
vitamina C: como los cítricos o los frutos rojos. Esta vitamina ayuda
a prevenir los resfriados y a curar las gripes. Es un potente antioxidante que
mejora la salud de las mucosas.
Infusiones: remedio
tradicional natural para aliviar los síntomas del resfriado. Hay algunas muy
conocidas como el eucalipto, la lavanda, la melisa (todas más adecuadas para
inhalaciones de vapor), la equinácea, el saúco –que ayuda a disminuir la tos–,
el jengibre –expectorante y descongestionante– o el tomillo –con propiedades
antisépticas y expectorantes para la tos, aparte de calmantes de los
escalofríos.