martes, 10 de junio de 2014

QUERERSE A UNO MISMO

"No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma" (Irene Orce).


Nuestra civilización inculca principios como el respeto al ser humano, el sacrificio, la expresión del amor, el buen trato, la comunicación, etc, pero estos principios están dirigidos al cuidado de otros. Si una persona expresa amor para con los demás es calificada como un “ excelente persona”; si las personas se autoelogian producen rechazo y fastidio, el hecho es que la sociedad nunca reconoce lo propio sino lo de los demás; aprendiendo la base de la evaluación ajena, que es la autoevaluación.


Desde pequeños se nos enseña el autocuidado, como cepillarnos los dientes, bañarnos, comer, pero no se nos enseña a querernos, a gustarnos, a contemplarnos ni a confiar en nosotros mismos. La imagen que tenemos de nosotros no tiene que ver con herencia, nosotros mismos la formamos. Un aspecto interesante para señalar es que las personas con problemas son demasiado duras con la autocrítica y blandas cuando critican a otra gente. En cambio, los sujetos que muestran una buena autoestima, se protegen siendo más suaves a la hora de autoevaluarse. Un acto de suficiencia en beneficio propio.

La autocrítica es buena y productiva si se hace con cuidado. Las personas que entran en un sistema de autoevalución inadecuado dicen "soy torpe", en vez de decir que "me comporté torpemente", adquiriendo así un autoconcepto negativo. Sin embrago, es necesario mantener niveles de exigencia personal moderada para ser competentes. Las personas que hacen del éxito un valor, viajan mal. Quizás la felicidad no este en ser el mejor hijo, la mejor mamá, sino intentarlo de manera honesta y disfrutando mientras se transita hacia la meta.

1. Trata de ser más flexible, tanto con otros como contigo: no hay nada totalmente bueno o malo.

2. Permítete no ser normativo. Se más informal un día, a ver que ocurre.

3. Trata de no ser perfeccionista: pierde el miedo, desordena un poco tu vida.

4. Concéntrate en las matices. Piensa más en las alternativas y en las excepciones a la regla.

5. Revisa tus metas y las posibilidades reales para alcanzarlas: no te coloques metas inalcanzables.

6. Si solo miras tus errores, no verás tus logros.

7. No pienses mal de ti: afortunadamente no eres perfecto, si descubres que con tus palabras te tratas mal, cambia.

8. Debemos definir nuestros propios criterios de lo que es bello o estético, arréglate para ti y no para otros.

9. Descarta la perfección física y los criterios estrictos; disfruta de lo que tienes y no te exijas lo imposible.

10. Descubre las cosas que te gustan de ti: siéntete feliz con tus atractivos físicos, destaca lo que te agrada de ti.

Tu autoimagen se transmite a otros; lo que pensamos de nosotros es lo que reflejamos hacia los demás. La mejor manera de romper el círculo negativo es gustarte.

El aspecto físico es solo uno de los componentes de tu autoimagen, no se refiere a que descuides tu físico, sino que lo ubiques en el lugar que corresponde.

No importa qué seas y cómo seas, si realmente te agradas y gustas, siempre encontrarás alguien a quien gustar. Gustarse es abrir los horizontes afectivos. Es arriesgarse y aumentar las posibilidades de conocer gente.

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