Todos estamos expuestos a lo conocido popularmente
como “mala circulación”. Molestias que se producen
debido a un mal funcionamiento del sistema circulatorio.
Las causas pueden ser diversas, pero quizás una de las más usuales es la denominada atesclerosis, un proceso degenerativo que conlleva a la obstrucción en las arterias provocando el cese de aporte sanguíneo en ciertas partes del cuerpo, y originando graves consecuencias como infarto de miocardio o infartos cerebrales.
Entre las causas de este desorden sanguíneo también podemos encontrar venas varicosas, producidas por permanecer mucho tiempo de pie o por edad avanzada; obesidad; trombosis venosa profunda, diabetes; falta de ejercicio, el consumo de cigarros, el embarazo, permanecer en la misma postura largos períodos, la hipertensión y la hipercolesterolemia. Además, y en casos extremos, la mala circulación en las piernas puede incluso llegar a producir la formación de coágulo sanguíneos.
Si tenemos una mala circulación, quizás alguno de los
consejos que proponemos en este blog te ayuden a mejorarla.
Alimentación
Debemos mejorar nuestra alimentación. La comida influye en el
proceso sanguíneo, por lo que controlar nuestra dieta es algo fundamental. Los
alimentos altos en grasas o azúcares
harán que la sangre sea más viscosa, impidiendo una correcta circulación
de nuestra sangre. ¿Qué comer? Sobre todo, y lo más adecuado para personas con
mala circulación, es la ingesta de frutas y verduras, pues su alto contenido en
fibra disminuirá la presión sanguínea, desembocando en una mejor circulación.
Ejercicio
Pasar la mayor parte de tu tiempo sin moverte o llevar una
vida sedentaria es una de las peores cosas que podemos hacer para combatir una
mala circulación. Si aumentamos el ritmo cardíaco con el deporte, las arterias
se dilatarán, permitiendo que la sangre tenga una buena fluidez y generando
también un correcto bombeo del corazón, que provocará que la sangre llegue a
las zonas más altas y bajas del cuerpo de una forma correcta.
Tabaco
Los componentes químicos del tabaco afectan al correcto
funcionamiento de la circulación, por lo que recomendamos que evitéis este
hábito, que perjudica no solo nuestra circulación, sino nuestra salud en
general.
Obesidad
Debemos cuidar nuestro físico, pues un elevado peso traerá
consigo presión y tensión alta.
Baños de agua fría
Si conviertes en rutina este hábito, podrás comprobar cómo tu
circulación mejora y te sentirás muy aliviado después de estos baños.
Junto a todos estos consejos, también debemos destacar
aspectos positivos en la mejora de tu circulación como la reducción de ingesta
de alcohol y cafeína, ya que estrechan los vasos sanguíneos; evitar sentarse en
sillas que ejerzan presión sobre los muslos, para no cortar la circulación de
las piernas; o el uso de medias de compresión para estimular la circulación.
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